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miércoles, 2 de abril de 2025

EL ETERNO 2 DE ABRIL 2025



EL ETERNO 2 DE ABRIL

¿Por qué más que nunca la gesta por la recuperación de las islas Malvinas y demás islas del atlántico sur en 1982 es un faro para el futuro de una nueva Argentina?


En un nuevo aniversario de la gesta más importante y trascendente no solo para la Argentina sino para toda Sudamérica, los argentinos como siempre tironeados por las emociones momentáneas y la coyuntura, no se han detenido a valorar la importancia de esta fecha, aun cuando debieron capitular por cuestiones políticas.

Dejando de lado las actuales circunstancias políticas que conducen a la Argentina, rememorar una fecha tan cara tiene una doble importancia para los argentinos: En la construcción de una nueva sociedad y en la construcción de un nuevo estado con una mirada a recobrar el ejercicio de sus altos intereses geopolíticos.

En aquella oportunidad y a pesar de las cuestiones materiales, imprescindibles en una guerra, el componente humano de los combatientes argentinos sin distinción de armas y escalafones fue altamente destacado y hasta inesperado para los informes del Foreign Office, su Estado mayor y de la inteligencia. Precisamente allí, en ese componente donde los propios argentinos no han reparado en valorar y de volver a recrear.

También dejemos de lado la campaña de operación psicológica que el MI6 vino difundiendo desde apenas termino la guerra, que con la colaboración de varios sectores de la política y de los medios capitalinos, han manipulado el sentimentalismo hablando de “chicos” para referirse a los combatientes y usando la identificación de los caídos enterrados en Darwin como argucia para presentar a los británicos como benevolentes. A fin de cuentas, esos soldados caídos fueron abatidos por los enemigos británicos ¿Entonces?

De un tiempo a esta parte sabemos que en todos los ejércitos (incluido el británico) la conscripción toma a los hombres jóvenes y vitales, una costumbre basada en la biología y no en el sentimentalismo. Sin ir más lejos en el lado británico hay reportes de efectivos de 16 y 17 años participando en la guerra que por su porte físico pasaron desapercibidos.

De cualquier modo, esos mismos hombres que fueron escondidos y vilipendiados por la política de su propio país, con el paso de los años han ido recuperando su valía aunque, aún no pareciera haber tomado consciencia de la importancia de sus experiencias para una refundación de su nación.

Su experiencia les da con creces más autoridad que la que cualquier charlatán que ocupan bancas en el Congreso o circunstancialmente la Casa Rosada, para saber qué es el rigor y la fuerza de carácter para conducir a un país. Y no se trata de volver a tomar los fusiles para recobrar las islas. Hay caminos mucho más ingeniosos e inteligentes que complementan aquella lucha y que la clase política toda, la renunciado de manera vergonzosa.

El problema de los argentinos es no reconocer que el dolor es inevitable y el sufrimiento es una opción que ellos, como nación pueden sortear. Pero como hemos visto, además de la manipulación psicológica de sus enemigos (propiciada por sus agentes desde adentro), los oportunistas de la política y la partidocracia han hecho del dolor un negocio y del sufrimiento una institución que prácticamente ha paralizado su avance.

Los ejemplos individuales de hombres y grupos que combatieron en aquellas jornadas, son tantos y contundentes que es una torpeza de la misma clase política no visualizarlos para que sean una enseñanza para las nuevas generaciones. En realidad, esta clase política que, si bien no esta compuesta por gerontocracia que hizo mucho por hundir en el oprobio el orgullo de sus combatientes, la mayoría han salido de los mismos caucus mezquinos y en los que lo único que importa es el partido.

Esto también le cabe al actual gobierno y quizá mucho más por su confesada predilección a seguir las reglas y políticas del enemigo, que si bien hoy no hay guerra, sigue siendo “el enemigo” quien como tal, no esta interesado en que el país se levante y recobre su potencialidad. Lo que hoy los Milei impulsan como una posible fórmula para rescatar al país de la continuada estafa histórica de todos los actores políticos y sus consecuencias, son tan solo migajas para un futuro incierto y bajo una total dominación.

Pese a que los políticos y sus periodistas rentados siguen la ruta del dinero que mejor les convenga para contar el relato oficial y que casualmente lo provee esos mismos intereses que como sus líneas editoriales de la Corporación de medios, con sus asientos en Nueva York y Londres, hoy la verdad esta a luz de los argentinos y solo tienen que aceptarla con todos los matices que ella trae.

43° ANIVERSARIO DE LA RECUPERACION DE MALVINAS



¡VIVA LA PATRIA!

Ante el 43ª aniversario de la recuperación argentina de las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del sur, nadie espera nada del gobierno pro-angloestadounidense en Buenos Aires pero ¿Cómo expresarán los argentinos su orgullo por esta gesta?



Por Charles H. Slim

La historia de un pueblo se forja con hechos, no con relatos. El 2 de abril es uno de esos hechos, un hito crucial en la historia de la Argentina aún, cuando lamentablemente algunos historiadores y los medios que venden sus espacios al mejor postor sigan desdeñando su trascendente importancia para la refundación del país.

Más allá de la guerra en sí y de lo que dejó a los argentinos, estos tendrían qué reconocer que es lo que aún queda por explotar como enseñanza aquella traumática experiencia, digna de los pueblos que luchan por conservar y proteger el legado de sus ancestros.

Hoy el país se halla en una nueva etapa de entrega y sometimiento, una repetición de un ciclo kármico interminable que hoy se reedita con un gobierno adepto a lo peor de las influencias geopolíticas contemporáneas, enemigas de las raíces nativas y comprobadamente nocivas para la paz.

Este nuevo aniversario de la gesta halla a un país bajo un nuevo capítulo del colonialismo económico-financiero angloestadounidense que los Milei buscan profundizar con uno de carácter cultural en el cual el sionismo es su elemento nuclear. Este último aspecto además de buscar controlar las instituciones (en especial de seguridad y defensa), tratarán de cooptar el sentimiento nacional y sus gestas escudándose (con las solapadas injerencias de Tel Aviv y sus FDI[1]) detrás del necesario y merecido reconocimiento de reconstruir a las FFAA, sistemáticamente vilipendiadas y materialmente destruidas por todos los procesos políticos posteriores a 1982.

No hace falta resaltar la anglofilia y la predilección atlantista del actual gobierno, lo peor es ver lo que se esta dejando hacer a los británicos en las islas y las aguas del atlántico sur y la ruta a la Antártida. Mientras el gobierno y los medios distraen a la ciudadanía con sus trucos de magia financiera, los movimientos navales de la Royal Navy en el atlántico sur son incesantes ¿Qué es lo que esta sucediendo? Eso no solo es un despropósito para los caídos y todos aquellos que llevaron adelante la recuperación de un archipiélago indiscutiblemente argentino, sino un problema que heredaran las próximas generaciones.

Es cierto que la situación socio-económica del país distrae al gobierno (como desde hace 40 años) de los asuntos de la alta política y de la geopolítica, eso al menos en lo que hace a los intereses nacionales. Somos testigos como los Milei deja de lado un compromiso tan caro e importante como es fortalecer la posición argentina por la soberanía de las islas, por un seguidismo odioso a geopolíticas y entuertos bélicos, notoriamente ajenos al interés nacional (caso Ucrania con un régimen neonazi y de Israel que comete un genocidio atroz contra la población palestina).

La causa Malvinas también además de ser la piedra angular de una tan postergada unidad nacional, en cada aniversario es el reflejo que visualiza el divorcio que existe entre el interior y la capital que se evidencia con la intensidad que aún mantiene el recuerdo y homenaje que suele ser tratado muy por encima y con los acostumbrados reparos, en los medios capitalinos.

Con el actual gobierno y el ideario al que responde, esperar que trabaje en políticas pro-activas por la causa Malvinas, es como pedirle peras al olmo. Es cierto que las circunstancias geopolíticas no son las más propicias aunque, de haber voluntad y una decisión de dirigirla con determinación e inteligencia ello solo sería un obstáculo salvable. Tal vez, la famosa motosierra con la cual Milei prometía recortar sectores inútiles de la administración del estado, debería ser usada con el Ministerio de Relaciones Exteriores y dejar tan solo una pequeña oficina con un cartel que diga “Administración de Intereses Exteriores”.

Es posible que todo esto sea solo un proceso pasajero y en algún momento una nueva generación postrera, se ponga los pantalones y trabaje por la refundación de la nación y con ello, de una nueva estructura estatal basada sobre el verdadero trabajo por los intereses nacionales.

La guerra por las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del sur no fueron una loca aventura de una junta militar como suelen plantearla los anglófilos y sus ignaros repetidores. Más allá de los gobernantes de aquel entonces, fue la razón de vivir y morir para quienes fueron a recuperarlas y a pelear por retenerlas de una potencia neocolonial sustentada estratégicamente por una organización (La OTAN[2]) que hoy esta en boca de todos.

Más allá de los discursos y de los merecidos homenajes que éste 2 de abril los argentinos volverán a escuchar, hay en la sustancia de aquellas frías jornadas en el TOAS[3] y también porque no, en todo el país (que iba a ser el blanco de bombardeos si la gesta prosperaba), una enseñanza que aún no han aplicado, empezando por los representantes políticos y que de hacerlo cambiaría la suerte de su país.

Ante la superioridad de medios, armas, inteligencia (y un grado de suerte) de los británicos y la cobertura diplomática ante Naciones Unidas prestada desde Washington y Bruselas (CEE[4]), estuvo el carácter, la determinación y persistencia de los combatientes argentinos quienes hasta el último momento y sin miramientos empujaron a una de las flotas más poderosas del mundo a tener que poner en consideración una retirada inmediata.

El mejor documento que reflejó y sintetizo esta situación vino de la boca de quien estuvo a cargo del Comando del Grupo de batalla naval británico (Navy Task Force) el Almirante John Woodward quien tras ser testigo de los daños sufridos y las pérdidas en la flota que conducía, dijo “De haber resistido los argentinos una semana más, habríamos perdido”. Si los propios argentinos no develan el poderoso mensaje en esta declaración histórica ¿Quiénes lo harán?




[1] Fuerzas de Defensa de Israel


[2] Organización del Tratado del Atlántico Norte


[3] Teatro de Operaciones Atlántico Sur


[4] Comunidad Económica Europea

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