el triangulo antartico

 EL TRIÁNGULO ANTÁRTICO

¿Cuáles son las connotaciones del descubrimiento de un importante yacimiento petrolífero en la Antártida?

 

Por Sir Charlattam

No hace falta repetir que los argentinos están inmersos en la coyuntura y la pequeñez de su existencia, mientras el mundo avanza de manera frenética y acelerada hacia cambios que marcarán el siglo. Pero no son sólo estas circunstancias las que ignoran. Hay otras que pasan ante sus narices y que se relacionan con su realidad nacional sin que se den cuenta de lo que ello significa para su futuro.

La noticia del descubrimiento de grandes reservas de petróleo en el subsuelo bajo los hielos antárticos causó gran conmoción en Buenos Aires, no por la existencia del combustible sino por quién lo descubrió.

El buque de investigación ruso Akademik A. Karpinskiy informó del descubrimiento de reservas por un total de 511 mil millones de barriles de petróleo, lo que supera ampliamente las reservas petroleras de los yacimientos de “Vaca Muerta” en Neuquén e incluso se supone que duplicaría las reservas de Arabia Saudita. Se trata de una noticia muy novedosa con tintes geopolíticos que se irán viendo con el tiempo. Pero como era de esperar, los medios capitalistas, alineados con la política discursiva de Washington (graciosamente acompañados por Londres), han tendido un velo de sospecha, tratando de sugerir que las intenciones de Moscú son maliciosas. ¿La evidencia?

El sesgo de ciertos periodistas y de las empresas de medios a las que sirven es más que evidente cuando se les escucha y no es sorprendente. Ojalá fuera obra suya. No hacen más que repetir lo que sale de los editoriales del Washington Post, el Wall Street Journal o el New York Times, cajas de resonancia del establishment estadounidense. No hay duda de que estas leyendas tienen la sangre en los ojos tras la renovada asunción al poder de Vladimir Putin y su fructífera visita a China, que materializa los temores de Kissinger y Zbigniew Brzezinski.

Para aclarar de qué se trata y quitarle la rusofobia a este anuncio, aclaremos que este buque polar no forma parte de una compañía petrolera ni de ninguna corporación privada, y mucho menos de una marina de la Federación. Se trata de un buque de investigación oceanográfica con objetivos enteramente científicos que, en el curso de sus trabajos, se topó con la novedad de este yacimiento, sin que esto signifique que esté proyectando una posible extracción.

Pero los medios de comunicación y algunos periodistas de Buenos Aires, en particular los notoriamente anglófilos que nunca se pierden un cóctel en la embajada, no tardaron en buscar polémica, aprovechando la tendencia ideológica del gobierno de Milei (pro-británico). Para estos sectores, los rusos sin duda buscan tomar el control del terreno, sin percatarse de que hay otros actores mucho más cercanos a ellos y realmente interesados ​​en este plan.

Así, algunos analistas británicos del Royal Holloway College ya han sugerido (con exageraciones de The Telegraph y la BBC) que las intenciones rusas estaban más cerca de una prospección que de un estudio geológico, otorgando a la zona una soberanía británica exclusiva que en realidad no tiene. ¿Qué ha dicho Buenos Aires al respecto? Prácticamente nada.

Los hechos hablan por sí solos y si no, veamos cómo los buques de guerra franceses navegan libremente en aguas argentinas, sumándose a las ya habituales incursiones de la Marina Real de Su Majestad que, junto a la IV Flota norteamericana, pasan, estacionan y atracan con total libertad en 'Puerto Argentino'. ¿Dónde está el respeto a la soberanía y a la memoria de esos 44 marinos que 'desaparecieron' tras el hundimiento del submarino 'ARA San Juan'? Por cierto, ¿qué ha pasado con estas investigaciones?

En las actuales circunstancias el país está en manos de un gobierno que pese a estar liderado por un 'libertario' prosionista y atlantista no representa a la mayoría de sus electores. Javier Milei y su hermana son una rareza ideológica, algo exótico entremezclado con funcionarios liberales anglófilos, peronistas y radicales reciclados de casta, y una vicepresidenta nacionalista como Victoria Villarruel.

En definitiva, un collage de posiciones cocinadas a mano que, si quisiéramos darle una etiqueta unificadora, la mejor y más ilustrativa podría ser “fascismo neoliberal”.

En Argentina, y más en estos tiempos, hay una pregunta que nadie quiere responder y es: ¿Cómo se puede dormir con el enemigo? Ese enemigo es Gran Bretaña, pero los políticos argentinos, con su presidente a la cabeza y sus empresarios, se deleitan en ser la puta de Londres sin darse cuenta de que hace tiempo que dejó de ser la capital del imperio, y mucho menos un típico 'gentelman' británico.

Por cierto, Londres quedó conmocionado por la noticia y el Ministerio de Relaciones Exteriores envió inmediatamente un pedido de informes a sus bases en la Antártida y en particular a Puerto Argentino, en las Malvinas, en el Atlántico Sur. Mientras tanto, del otro lado del continente -salvo sus obsequiosos lameculos- la absoluta nada es la mejor manera de describir lo que está haciendo el gobierno argentino. 

Por supuesto, en Londres no hay la menor preocupación por las políticas de Buenos Aires y ¿saben por qué? Porque no la hay. El paraguas que Londres se puso sobre la cuestión de la soberanía de Malvinas en los años 90 con el gobierno de Menem está más vigoroso y vigente que nunca, sin olvidar que estipuló condiciones denigrantes y subordinadas entre las que se encuentra el control consensuado de todos los movimientos argentinos.

Ni siquiera la Royal Navy necesita mover un solo buque para impedir cualquier movimiento argentino. Tampoco necesita que sus estaciones del MI6 en el cono sur pongan en marcha sus activos en Buenos Aires o Ushuaia. Londres tiene activos externalizados para estas tareas desde hace décadas, por lo que la novela que intentan tejer sobre el peligro ruso debería titularse "el enemigo en casa".