martes, 17 de enero de 2023

“LA PEQUEÑA LETRA DE LA LEY”

 “LA PEQUEÑA LETRA DE LA LEY”


Cómo se interpretan los hechos con las leyes y los reglamentos de servicio con las resoluciones de Naciones Unidas y la ley fundamental?



Por Dany Smith
¿Qué diablos pasa cuando hay un conflicto entre lo que dicen los hechos y lo que dice la ley? O más bien ¿Cuándo los hechos tratan de ser interpretados con una maraña legal de resoluciones, dictámenes y leyes? Esto es lo que parece verse en la actual compulsa de los veteranos argentinos quienes al parecer han tomado conciencia de que la lucha nunca terminó y que debían arremangarse las camisas para vindicar ellos mismos sus propios derechos.

Tal como le hemos mencionado antes, la lucha de los veteranos de la guerra del Golfo Pérsico ha sido tan dura y desigual en Estados Unidos, en Gran Bretaña o como lo están viendo nuestros camaradas argentinos; nada es un regalo y menos aún cuando hay tanta basura detrás de aquella guerra. Solo se trata de luchar nuevamente pero con otras armas y contra nuestros propios gobiernos (Pensamiento Político y Estratégico. “La Nueva Lucha”. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2017/08/veteranosde-ayer-la-nueva-lucha-por.html )

Solo para dejarlo bien en claro, la participación argentina en la guerra del Golfo fue un hecho que ha pasado a la historia y no se trata de una hipótesis o de la interpretación de un supuesto, nada de eso, es un hecho duro que no tiene prueba en contra.

Pues, veamos con calma el tema. Según lo que se sabe de la misión asignada a los buques argentinos bajo la denominación ALFIL 1, la misma entro en operaciones en tiempo real y se unió a los esfuerzos de los demás grupos de tareas bajo el comando de operaciones navales MARCENT y del CENTCOM a establecer zonas de patrullaje de seguridad y control para hacer cumplir el embargo decretado por Naciones Unidas, esto hasta las 00:00 horas del 16 de enero de 1991.

Cuando expiró el ultimátum, todo el Teatro de Operaciones montado para las tareas de bloqueo y cumplimiento del embargo económico y comercial se agrego el componente de la hostilidad es decir, el inicio de la guerra contra las fuerzas iraquíes. En este marco la misión argentina junto a otros grupos de tareas internacionales (Canadá, España, Australia etc) se alinearon a las nuevas tareas que demandaría el inicio de las hostilidades, especialmente a las de vigilancia de la zona y de la ruta de abastecimiento.

El comentario viene a la sazón de los revuelos que parecen haber habido dentro de varios sectores de estamento militar argentino y del área de la defensa cuando se ha estado solicitando por los canales administrativos legales la remisión de informes referentes a las operaciones navales de la Armada en el Golfo Pérsico durante 1990 hasta 1991. Ciertamente el momento no es el mejor para el área luego del incidente del submarino “ARA San Juan”, pero separemos las cuestiones; el tema de la lucha por los derechos de los veteranos de aquel entonces es tan gravitante como aquella desgracia.

Volviendo a lo estrictamente legal, vemos que los hechos que la historia ya plasma en diferentes libros y documentales de varios países, incluyendo a la Argentina no dejan lugar a dudas de que fue lo que paso en la guerra del Golfo Pérsico ni de cuál fue el papel de la misión ALFIL 1, la más comprometida y activa participante en las operaciones de la “Tormenta del Desierto” que se extendieron desde el 16 de enero hasta el 28 de febrero de 1991.

Pareciera una grosera contradicción que a pesar de tan reconocidas y documentadas tareas por los entonces comandantes del Estado Mayor de la Armada de los Estados Unidos y los jefes de la inteligencia naval para con las dotaciones, particularmente con la compuesta por el destructor “ARA Almirante Brown” y la corbeta “ARA Spiro”, durante años el Estado Mayor de la Armada Argentina no tenía registros de ese evento trascendente de la geopolítica internacional.

Cuando se planteo el tema a algunos almirantes retirados, fueron reticentes en dar su opinión y simplemente nos cortaron el teléfono. No muy caballero, verdad?  Desde esta perspectiva hubo desde la llegada de la misión ALFIL 1 a Puerto Belgrano allá por abril de 1991 hasta unos pocos años atrás una nebulosa, un limbo en el que dicha participación prácticamente no aparecía como existente ¿Cómo podía ser posible mi Dios? Cuando se comento esto con algunos abogados especialistas en temas de veteranos simplemente no se extrañaron, pero si señalaron que tanta negación era absurdo.

Era sin dudas una torpeza absoluta. Cuando los mapas de operaciones del Comando central de operaciones (COC) en Darham que coordinaba las operaciones navales y aéreas en una importante parte del Teatro de Operaciones y donde los buques argentinos aparecen registrados con todos sus itinerarios, rutas, horarios, rutinas y tareas asignadas, no parece tener sentido una actitud semejante. Si el grupo de tareas no hubiera cumplido con sus objetivos hubiera sido muy duro para los muchachos en tierra que tuvieran el combustible para sus vehículos, llegaran los cohetes MK-20 “Rockeye”, que pudieran beber agua fresca sin los purificadores de agua (ROWPUs) o que las municiones para la artillería estuvieran disponible para los puestos de avanzada general (GOP).

El problema o mejor dicho, la novedad que surge de todo esto, es que se ha descubierto cómo se estuvo encubriendo el real carácter de la participación del grupo ALFIL1 (no mencionamos al ALFIL 2 ya que ingreso a posterior del fin de las hostilidades) por una cuestión meramente política más que de interpretaciones de la ley ¿Pero de qué ley me habla usted, podrá decir?

Es un hecho que el grupo de tareas T.88 partió con rumbo al Golfo Pérsico el 25 de septiembre de 1990 y que tras cruzar el estrecho de Ormuz por finales del mes de noviembre ingreso al Teatro de Operaciones en el cual se estaba desarrollando en ese momento la Operación Escudo del Desierto destinada a bloquear las rutas marítimas hacía Iraq y patrullar el litoral marítimo saudita, que se hallaba amenazado por una posible ofensiva iraquí. En aquel momento reportes de inteligencia advertían de una posible incursión rápida sobre las instalaciones portuarias de “Al Jubail”.

Todo esto, más allá de las resoluciones de Naciones Unidas que debemos reiterar, eran (y siguen siendo) de carácter facultativo.  Tras ello, el rol de las unidades navales muto ante el cambio de la situación y lo que era un mero bloqueo pasó a ser una situación de guerra abierta y fue por ello que su estado pasó a ser pro activo (a situación de combate)  a favor de la Coalición Aliada.

Ahora bien ¿Qué determino en esos momentos el Consejo Nacional de Defensa y el Ministerio de Defensa de aquel entonces? Si nos atenemos a lo que determina la ley de Defensa Nacional 23554 la Secretaría de Asuntos Militares a cargo de la Subsecretaria de Política y Estrategia debería haber elaborado un pormenorizado informe sobre la situación real en dicho Teatro de Operaciones, y no solo como paso previo para su envío sino también tras el arribo con la misión cumplida.  

Precisamente se hallan entre sus funciones la de Determinar los requerimientos para el planeamiento conjunto y formular y aplicar los principios y normas  para el funcionamiento y el empleo de las fuerzas armadas, tareas que dicho sea de paso también están a cargo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (EMCFFAA). En lo referente a la Secretaría de Asuntos Militares una de las funciones vitales para determinar el despliegue de una fuerza de combate es “determinar las políticas en materia logística”, una materia por cierto vital en la campaña llevada a cabo en la Tormenta del Desierto y en la que la misión ALFIL 1 presto admirable y reconocido servicio.


Por último (pero por ello no menos importante), el tema de la actuación “conjunta” que la misma ley y los decretos reglamentarios refieren, se vinculan a la amornización de las tareas entre las fuerzas de tierra, aire y mar que fueron aprendidas tras la guerra de Malvinas de 1982, pero que se aplicaron con mayor rigor y complejidad en la guerra contra Iraq de 1991 y donde más allá de la relativa independencia operativa de la agrupación argentina en pleno de las hostilidades, debía seguir y acatar sin la menor discusión las órdenes que surgían del Comando central de operaciones y que se vinculaban con la importante tarea de mantener el “grifo abierto” de suministros y cuidar que no fueran blanco de un agresión inesperada. 

“LA FASE QUE NO FUE”

 “LA FASE QUE NO FUE”


La historia poco conocida de los planes del gobierno menemista por ampliar la participación del país en la guerra del Golfo de 1991



Por Charles H. Slim

Sin lugar a dudas se puede decir que poco se ha dicho y mucho menos la opinión pública se ha enterado, sobre muchas cosas que se tejieron en el comienzo de la crisis del Golfo Pérsico allá por mediados de 1990.  Uno de los más ignorantes en todo ello ha sido sin lugar a dudas, los ciudadanos argentinos quienes suelen adolecer como de costumbre de una notable amnesia cuando se trata de hechos comprometedores y difíciles de abordar. Este episodio de la historia contemporánea en la que Argentina fue parte, no escapa a ese carácter timorato que acostumbra.

Según la historia oficial, cuando Iraq entro en Kuwait el 2 de agosto de 1990, comenzó una etapa de crisis internacional que pese a que se puso como disparador a la figura del entonces líder iraquí Saddam Hussein, fue especialmente propulsada desde Washington con intensiones que –a la distancia y por los hechos que ya se conocen- se hallaban encubiertas detrás de argumentos falaces sobre la defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos.  Haciendo uso de su notoria influencia sobre Naciones Unidas, la entonces administración republicana de George H. Bush  desplego (mediante una campaña mediática feroz) y al amparo del foro internacional, una de las guerras más terribles de final del siglo XX.

En aquellas circunstancias el entonces gobierno argentino presidido por el justicialista Carlo S. Menem asintió a la propuesta que, por una escandalosa influencia de Washington, Naciones Unidas proclamo y resolvió trabar sanciones económicas y comerciales contra la república árabe de Iraq. Los argumentos de Menem para semejante obsecuencia política fue el “respeto a la legalidad internacional”, en el marco de un “nuevo orden” que ya se asomaba dirigido desde el norte. Para ello aplicaron al pie de la letra el entendimiento del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y se esforzaron para que el entonces gobierno iraquí pareciera una amenaza de alcance global al cual había que frenar.

En esos momentos la CNN y las cadenas europeas solo hacían alarde de una sorpresiva situación que en realidad, no lo era ni para Washington ni Londres. Tanto George H. Bush como la entonces primer Ministra británica Margaret Thatcher sabían que había asuntos pendientes entre Kuwait City y Bagdad y ellos estaban haciendo todo lo posible para sacar partido de ese entuerto. La CIA y el MI-6 estaban muy presentes en las discordias fronterizas por el robo de crudo en los campos petrolíferos iraquíes de Rumailah y se encargaron de que ambas partes se acusaran mutuamente.

Todo estaba digitado y obviamente ello no estaría a la vista de los incautos y muchos menos disponible para la difusión mediática. Semanas antes de que esto se desatara, las tropas estadounidenses movilizaban tropas en Europa y los británicos daban inusuales señales de preparativos con acopio de pertrechos y vehículos en Rutland y Gutersloh, Alemania.

Por el contrario en Buenos Aires meses antes de que todo esto estallara no se sabía nada y el gobierno se hallaba más preocupado por concretar las privatizaciones de las empresas del estado que otra cosa. Aseverar que Argentina tenía una política de estado con respecto al Medio Oriente y en particular hacía los asuntos que disputaban Iraq y Kuwait es de una falacia inconmensurable. Incluso se puede asegurar que como estado, carecía de un posicionamiento político y estratégico hacia esa región.

¿Recuerdan la posición de Argentina? Brevemente, en ese momento el gobierno supuestamente nacionalista de Menem dio una patada a toda la historia del partido que decía representar y simplemente adopto la posición intervencionista de Washington, que obviamente justificó ante la opinión pública como un apoyo a la democracia y a la ley internacional. Es aquí donde comienza toda la farsa argumentativa del gobierno argentino para introducir a su país en un conflicto que aún perdura hasta nuestros días.

Conocemos bien como se desarrollo todo. Menem asintió inmediatamente a colaborar sin tener la más mínima información imparcial y propia de lo que realmente estaba ocurriendo allá. Visto a la distancia y atendiendo a la gravedad de la situación el comportamiento de ese gobierno fue claramente amateur y nada serio ya que, puso a la Argentina en una posición de la que históricamente había renegado (Como miembro del bloque de los países no alineados). Para sostener su posición, Menem y su canciller Domingo Cavallo aseguraron que su participación se daba en el marco de un “mandato” de Naciones Unidas y que por ende, ello era obligatorio. De esa manera ordenó el envió de dos buques de la Armada (Grupo Alfil 1) que zarparon el 25 de septiembre de 1990 de la base Naval “Puerto Belgrano” en momentos que habían muchas reticencias no solo políticas sino también militares sobre las implicancias de esa misión.

Desde el punto de vista legislativo internacional, jamás existió un mandato de Naciones Unidas y por ende no había obligación de remitir elementos para cooperar con los esfuerzos liderados por EEUU que desembocarían en una guerra terrible. Incluso al día de hoy, está muy discutida la participación orgánica y el maleable comportamiento del foro internacional en aquellas circunstancias. Fue una lamentable muestra de lo que devendría en el futuro, el uso de máscara para refrendar actos urdidos por Washington y sus aliados.

Pero el gobierno de ese entonces estaba decidido a colgarse del furgón de cola de la historia de un presunto triunfador y con ello obtener las mieles del éxito y la complacencia de la por ese entonces “única superpotencia” emergente de aquella era bipolar que se había caído junto al Muro de Berlín en 1989. Menem contaba con que en el peor de los casos EEUU aplastaría a los iraquíes; después de todo –debió haber pensado- Iraq no tiene como enfrentar a la única superpotencia emergente.  Como bien decimos, aquel gobierno estaba decidido hacer lo que fuese por caer en gracia a los anglosajones y no se quedaría con la remisión de una misión naval; no claro que no.

Según archivos e informes de la época revelan que Menem y su cúpula del Estado Mayor Conjunto, estaban preparando ampliar la colaboración militar para intervenir contra Iraq ya que, esperaban obtener muy buenos réditos (políticos y económicos) con esas señales. En algunos documentos de la época se revelan los planes (fechados por finales de agosto y comienzos de septiembre de 1990) para el envío de una fuerza terrestre compuesta por unos cien hombres de infantería del ejército argentino en una compañía mecanizada. 

Aquella misión había estado pensada asignársela a quien revestía como Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército Jorge Maffey, quien contaba con una amplia experiencia en misiones de paz (Cascos Azules). Aquel cuadro de hombres debería estar compuesto por oficiales y suboficiales, que hablaran inglés fluido y por supuesto, que no tuvieran en sus curriculas personales antecedentes de ideas nacionalistas.  Eso obviamente en momentos que presuponían que solo habría unas escaramuzas y nada más, demostrando el grado de ignorancia y el alcance de los verdaderos planes que tenían predeterminados en la Casa Blanca desde mucho antes que todo esto comenzara.

De haberse concretado esto, las tropas que estarían pertrechadas para el combate (ya que no eran cuerpos de paz), además de estar posicionadas dentro del teatro de operaciones y bajo el comando del USCENTCOM, se habrían visto obligadas a participar de las operaciones ofensivas y a devolver el fuego (Conforme lo dispuesto por la Ley 23.904/91).

A esto solo se lo puede llamar inconsciencia por no decir otro calificativo más grosero ya que sin lugar a dudas el gobierno argentino terminó tragándose la carnada y todo el redil como un simple aficionado. De haberse concretado el envió de estos hombres seguramente muchos de ellos no habrían regresado y los que si lo hubieran hecho, estarían actualmente con complicaciones en su salud y luchando para que su gobierno les reconozca el derecho de veteranía.

Quedo claro que aquella crisis había estado planificada y controlada desde cerca por Washington. No solo lo han revelado documentos desclasificados y testimonios oficiales de la administración estadounidense sino también muchos de los documentos que se archivaban en los edificios del gobierno de Saddam Hussein los cuales fueron curiosamente saqueados por la invasión de 2003.

domingo, 27 de noviembre de 2022

LA PAZ QUE NO LLEGA CASCOS AZULES





La paz que no llega Cascos Azules

El sargento primero Sergio Balla perdió las dos piernas al estallar una mina en Croacia. La ONU lo indemnizó con 230.000 dólares, pero el gobierno argentino sólo le dio 1800 y se quedó con el resto. No es el único caso13 de abril de 2003








PARANA
"Al gobierno argentino le convenía que los cascos azules volvieran mutilados o muertos, así entraban millones de dólares por el resarcimiento -denuncia Estela-. Es chocante, pero es la verdad."

Su esposo, Sergio Balla, de 48 años, toma un mate y asiente con la cabeza desde su silla de ruedas, en la que se moviliza desde que tres minas antitanque le amputaron ambas piernas en Croacia, hace casi 10 años.


"Las Naciones Unidas mandaron más de 3 millones de dólares en indemnizaciones para todos los cascos azules mutilados, y unos 230.000 dólares por mi situación, pero se los quedó el gobierno", dice con bronca.

Sergio es suboficial principal del Ejército. El 16 de diciembre de 1993 era sargento primero y patrullaba Dragovich, una zona caliente de Croacia, junto al capitán José Rojas. A media mañana tocaron tres minas. La explosión le quitó la vida a Rojas y se quedó con las piernas de Balla, además de romperle en ocho partes la tercera vértebra lumbar, entre otras secuelas. Quienes lo rescataron aseguran que está vivo de milagro, y no podían creer que, al mes y medio, intentara pararse sobre las prótesis que le cedió la Cruz Roja en Zagreb.

¿Qué hacían allí?, preguntó LA NACION.


"Prestábamos servicio en la localidad de Novo Selo. Todos los batallones tenían un sector de responsabilidad y nuestra compañía estaba ahí para cuidar que no se enfrentaran los serbios con los croatas. A 800 metros teníamos un puesto de observación serbio, y atrás de la compañía, detrás de un cerro, estaba el puesto croata. Eramos la mortadela del sandwich. Nuestra misión consistía en hacer patrullas para mantener la presencia de las Naciones Unidas en ese sector y evitar los enfrentamientos."

Balla vive con su esposa Estela y sus cuatro hijos, dos de ellos universitarios, en la calle Salinas, de la zona este de Paraná, un típico barrio de clase media con veredas demasiado angostas. En este hogar se respira alegría de vivir, con varios trofeos a la vista, por el patín artístico que practica la única nena de la casa, pero a la vez hay un dejo de desencanto con los gobiernos.

Como pagaba un seguro, de su propio sueldo, el dinero que cobró por el accidente le alcanzó a Sergio para adaptar su vivienda a la nueva vida: ensanchó las puertas, cambió los sanitarios y la cama de modo que la silla de ruedas "molestara" lo menos posible a los suyos, y se hizo de un auto apropiado. Como los cambios en su casa se demoraban, colocó algunos dólares en el banco, y el dinero quedó luego dentro del ya famoso corralito. El Estado argentino le había pagado 1800 pesos (o dólares, por entonces), por toda indemnización.

¿Qué pasó con la indemnización de las Naciones Unidas?

"En el Ejército dicen que no nos deben nada, y estamos esperando una respuesta de los ministerios de Defensa y de Economía. Sabemos que algunas personas hicieron presentaciones en la Justicia, pero nosotros aún esperamos", dice Balla.
El dinero que no llegó

El caso del sargento primero Sergio Raúl Balla es uno de los ocho casos de cascos azules que no recibieron la indemnización girada por la ONU. En la nómina de compensaciones por fallecimiento figuran el mayor José Rojas (561.557 dólares), el capitán Esteban Lioni (450.514), el suboficial principal Francisco Acuña Godoy (450.907), el sargento Oscar Vallejos (289.816) y el sargento Marcelo Aguilera (296.182). Además de Balla, la ONU decidió compensar por lesiones que causaron incapacidad al capitán Alejandro Reuther (52.976 dólares) y al sargento Gustavo Parras (682.477).

Balla nos amplía que el gobierno argentino se excusa detrás de la ley 19.101, que fija un tope a las indemnizaciones militares, para negar la distribución del dinero, o dice que las compensaciones de Naciones Unidas llegaron para el Estado, porque los efectivos formaban parte de un contingente argentino, por lo que el dinero aportado por la ONU se considera una indemnización al país, y no para los damnificados. Pero Balla recuerda que el propio embajador Emilio Cárdenas, que representó al país en la ONU, rechazó estos argumentos en forma pública.

Su esposa es más drástica: "Con ese criterio, mandamos algunos más y si vuelven mutilados pagamos la deuda externa. Es un disparate. Usted imagine mi indignación -agrega-, porque yo sé lo que ha sufrido Sergio. El perdió las piernas por una causa noble, por la paz, son muchas cosas que se juntan acá", apunta.

En enero de 1998, la ONU giró a la Argentina un total de 2.731.455 dólares con destinos fijados. En el caso del sargento primero Balla le correspondían 229.559 dólares. El gobierno nacional sólo le dio 1800 y se quedó con el resto.

"Teníamos la idea de tomarnos unas vacaciones en familia cuando Sergio regresara de Europa porque en 25 años de casados jamás salimos, pero el accidente enterró varios sueños. Usted aquí lo ve entero, él se ha puesto las piernas, pero yo le aseguro que para una persona amputada no es fácil sonreírle a la vida cada día", sugiere Estela.

Prefieren no abundar en detalles, la situación se entiende. Balla disfrutaba del fútbol con sus hijos en el patio del fondo, hacía unas cien cuadras diarias en bicicleta para concurrir a los cuarteles, jugaba al básquet, salía a caminar con su esposa, y nada gozaba tanto como una tarde de pesca, con amigos, a la orilla del río. Todo eso es tiempo pasado. "Hoy disfruto un día pero lo pago al otro día".

Estela tiene que seguir concurriendo a su trabajo para ayudar a parar la olla, como empleada civil del Ejército, y Sergio se encarga de llevar los chicos a la escuela y de algunas tareas del hogar. Su esposa dice que preferiría estar más en casa para acompañarlo, porque toda la buena onda que se respira en la familia no evita, de tanto en tanto, algunos estados depresivos.

-¿Qué es la guerra para usted, Sergio?

-No hay palabras, hay que vivirla para saber lo que es. La guerra es lo más impune, lo más maldito, lo más atroz. La hacen los hombres por intereses. Se matan por un pedacito de tierra, de agua. Lo que muestran por televisión es la milésima parte de lo que sucede, la guerra es sufrimiento, amputaciones, muerte, chiquitos huérfanos, destrucción, hambre, pobreza, miseria, todo eso es la guerra.

A esta altura, Balla le da un especial valor a las condecoraciones de la ONU y del gobierno nacional, otra paradoja. ¿Está arrepentido de haber ido? "No, no, soy militar y me debo a mi profesión. Nosotros fuimos en representación del país. Eramos de las Naciones Unidas pero en nuestro brazalete estaba la Argentina, me siento un poco abandonado, no por el Ejército, pero sí por el país."lanacionar

lunes, 21 de noviembre de 2022

LAS MENTIRAS DE LOS MINISTROS DE GUERRA

 

 Sr. Ministro de defensa 

Licenciado Jorge Taiana

Referente a su misiva, veo la repuesta dada no se por quien, supongo sus asesores que la acreditacion, motivo por la cual el requerimiendo es en (abstrato).

Interpreto que este reclamo debe pasar por el Poder legislativo Nacional, que es competencia del Congreso, a esto lo tengo claro, para consagrar esta peticion.
Si esto para ustedes no es favorable para mi si, desconocen de varias cosas. Desde el año 2005 que veninos reclamando por todos los medio favorables y nadie nos da una repuesta concreta. Y mas me molesta que la misiva pase por Veteranos de Malvinas que no tiene nada que ver donde firma digital mediante el Sr. Crl. Jorge Zanella, mi imgino que a su edad no conoce lo que estoy pidiendo, donde este hecho fue transcendental para la Argentina, de las FF.AA en la Guerra del Golfo Persico.
Lastima que los responsables varios fallecidos ( Ex Presidente, y dos Ministro de Defensa de esa epoca 1990/1991) Solamente por lo que veo queda el ex Canciller Domingo Cavallo/ Guido Di Tella. 
De normas vigene se las envio para que vean que si exisstio, no encuentro el de esta oposicon cuando existio. El Estado Mayor Conjnto la tenian clara, por algo estuvimos en el Golfo.
Le adjunto que hizo el Congreso tanto como Senado como Diputados y normas de Compesaciones de Guerra, Boletines Oficiales ect.

Aca le agrego este escrito lo que estaban al frente de este conflicto:


La Argentina apoyará un ataque de EE UU a Irak con un equipo sanitario

Di Tella y Domínguez dijeron que irá personal médico militar si estalla el conflicto Aunque el Gobierno dice que no necesita aprobación del Congreso, la oposición quiere debatirlo 


Si tal como se prevé se llega a agotar la vía diplomática en la crisis que Estados Unidos mantiene con Irak, el Gobierno nacional respaldará el accionar militar norteamericano, a través del envío al golfo Pérsico de personal y equipos médicos y sanitarios militares.

Sin que existiera un pedido formal de los Estados Unidos, el canciller, Guido Di Tella, y el ministro de Defensa, Jorge Domínguez, se apresuraron a dar a conocer, ayer al mediodía -en la sala de conferencias de Casa Rosada-, la decisión del Gobierno de involucrarse si se acaban las palabras y empieza el lenguaje de las armas. 

El hecho se produjo en momentos en que parece inminente un ataque estadounidense a Irak .El propio canciller Di Tella, hace dos semanas, había anticipado a Clarín en la ciudad suiza de Davos que ésa sería la postura argentina respecto de la crisis del golfo. Un día después, el presidente Carlos Menem lo contradijo públicamente.

Di Tella y Domínguez aclararon que esta movida del Gobierno no requiere del permiso del Congreso porque los efectivos militares argentinos no participarán de ningún combate sino que harán apoyo logístico mediante equipos médicos y sanitarios. Pero los diputados de la Alianza ya adelantaron su oposición a la iniciativa del Gobierno, alegando que la Argentina no debe sumarse a iniciativas beligerantes .

 Lo más probable es que la Alianza solicite una sesión especial para tratar este tema.Según trascendió de fuentes oficiales, Menem sugirió que se analice la posibiliad de enviar tropas de combate, pero luego aceptó la postura de la Cancillería y del Ministerio de Defensa, de ir paso a paso siguiendo el desarrollo de los sucesos. 

El envío de una compañía sanitaria de 100 oficiales y suboficiales de las tres fuerzas armadas , es un gesto elocuente que indica que el Gobierno argentino descarta llegar más lejos en su compromiso si llega a producirse una escalada bélica en Oriente Medio.De este modo, la Argentina vuelve a alinearse en forma automática a los deseos de los Estados Unidos, que lleva adelante una doble presión sobre Irak. Por un lado, realiza una intensa gestión diplomática para sumar aliados. 

Y por el otro, reforzó su presencia militar en el golfo Pérsico para obligar a Irak a que acepte que los inspectores de las Naciones Unidas puedan ingresar a verificar si, como sospechan, Irak tiene almacenadas armas químicas y bacteriológicas.La Argentina se involucró en la guerra del Golfo en 1990/91, cuando una resolución de las Naciones Unidas solicitó a Irak que abandonde el territorio de Kuwait, país que había invadido. Saddam no aceptó retirar sus tropas del emirato y la réplica no se hizo esperar. 

Una fuerza militar liderada por los Estados Unidos y a la que Argentina aportó dos buques misilísticos para el bloqueo naval, entró en combate con las fuerzas iraquíes en la operación Tormenta del Desierto, y en pocos días derrotó a Saddam, quien fue obligado a aceptar inspecciones en su territorio.

Esa participación argentina en la guerra del Golfo fue festejada por el Gobierno y criticada por la oposición. Para el radicalismo y el Frepaso, la Argentina pagó un alto costo por haberse involucrado en una guerra ajena. Y dieron como ejemplo de ese costo los atentados que destruyeron la Embajada de Israel y la AMIA.El canciller Di Tella se encargó  de explicar que el problema con Irak volvió a agravarse porque desgraciadamente, está acumulando armas de destrucción masiva.

 Enseguida aclaró que la inspección de Naciones Unidas tuvo éxito en el campo misilístico y nuclear, pero no ha tenido igual éxito en el campo de las armas químicas y, menos aún, en las bacteriológicas, según lo reconoció.A criterio de Di Tella para solucionar ese problema la comunidad internacional está llevando adelante una intensa acción diplomática, pero si esta etapa fracasa -aclaró el canciller- hay que prepararse para acciones militares.

No obstante, el canciller aclaró que la presencia argentina se limitará a personal y equipos sanitarios militares y recordó que en otras ocasiones hemos hecho lo mismo, por ejemplo en Mozambique. Di Tella se refirió así al denominado hospital reubicable, unidad que la Argentina adquirió a EE.UU. en 1980, que utilizó en Malvinas y que debe contar con 100 efectivos para funcionar.

Consultado Di Tella acerca de si la Argentina no temía que pudiera producirse un tercer atentado a blancos judíos en el país por la decisión de involucrarse en un nuevo conflicto con Irak, el canciller dijo: 

La Argentina no va a limitar ni construir su política internacional sobre la base de las amenazas terroristas. No lo vamos a aceptar.

 Con Irak no hemos roto las relaciones, las hemos restringido, aseguró.Por su parte, el ministro Domínguez dijo que el objetivo central es obtener la paz y el cumplimiento de las decisiones del Consejo de Seguridad. 

Además, rescató como un logro que la Argentina sea el octavo país en el mundo en colaboración de tropas en misiones de paz.Domínguez aclaró que aún no está prevista la fecha del envío de la compañía sanitaria al Golfo porque ello depende de la evolución de los acontecimientos. 

El ministro y el canciller señalaron que los hechos dirán si es preciso incrementar la participación del país en el conflicto.

SADDAM PAGO LA INDENIZACION A KUWAIT

 

Irak termina de pagar indemnizaciones a Kuwait por la invasión de 1990

Bagdad desembolsó más de 52 mil millones de dólares en reparaciones de guerra impuestas por una comisión de Naciones Unidas, que valoró el compromiso de las autoridades iraquíes.

Saddam Hussein con un niño británico del grupo de rehenes mantenido por Bagdad durante la Guerra del Golfo.

Saddam Hussein con un niño británico del grupo de rehenes mantenido por Bagdad durante la Guerra del Golfo.

Más de tres décadas después de la invasión iraquí a Kuwait que dio comienzo a la Guerra del Golfo en 1990, Bagdad finalmente terminó de pagar las reparaciones de guerra que se le habían impuesto, desembolsando en total más de 52.000 millones de dólares, indicaron este jueves (09.02.2022) Naciones Unidas y funcionarios del gobierno iraquí.

El 2 de agosto de 1990, el ejército de Saddam Hussein irrumpió en el emirato de Kuwait, anexando este pequeño territorio rico en petróleo, para ser expulsado siete meses más tarde por una coalición internacional liderada por EE.UU. La Comisión de Compensación de Naciones Unidas creada hace 31 años para coordinar las indemnizaciones, dio por finalizado el proceso en una sesión especial celebrada en Ginebra después de que el último pago se confirmara ante la ONU el pasado 13 de enero.

De esta manera, el consejo declaró el cumplimiento final de las obligaciones establecidas para el Gobierno iraquí en la resolución 687 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada en 1991. "El Gobierno de Irak ha cumplido sus obligaciones internacionales a la hora de compensar a todos los demandantes", destacó la presidencia de la instancia, que se encuentra en manos de Irlanda.

Agradecidos de su compromiso

"Irak cerró el asunto de las reparaciones vinculadas a la guerra en Kuwait”, dijo Mozher Saleh, consejero económico del primer ministro. En total, el país pagó 52.400 millones de dólares, precisó. "No es poca cosa, este monto hubiera alcanzado para instalar una red eléctrica que sirviera a Irak por muchos años", añadió. Saleh dijo esperar que el dinero que antes se ocupaba en indemnizaciones (y que provenía de un porcentaje de las ventas de petróleo) ahora se use en proyectos de desarrollo.

La comisión de Naciones Unidas procesó 2,7 millones de reclamaciones de indemnizaciones por parte de individuos, corporaciones, gobiernos y organizaciones internacionales, que solicitaban una cantidad total de 352.500 millones de dólares. Finalmente se aprobaron compensaciones por valor de 52.400 millones de dólares para 1,5 millones de esas demandas, detalló un comunicado de la comisión.

El consejo agradeció a las autoridades iraquíes por su compromiso con las obligaciones internacionales fijadas por la comisión, "incluso en momentos económicos difíciles" y habiendo sufrido diferentes conflictos en estas tres décadas que amenazaron su seguridad. El último pago de estas indemnizaciones tuvo lugar el 23 de diciembre de 2021, por un total de 44 millones de dólares.

DZC (EFE, AFP)

VERIFICAR IMANES DE PERIODISTAS

 

La camarógrafa argentina, Verónica Cabrera, de 29 años.

“Que traigan el cuerpo cuanto antes”

La joven camarógrafa argentina Verónica Cabrera murió ayer al día siguiente del accidente automovilístico que tuvo en Irak, que ya había matado al periodista Mario Podestá.

Por Eduardo Febbro

La segunda Guerra del Golfo costó la vida a muchos periodistas. La prensa argentina pagó un dramático tributo con la muerte de dos argentinos que habían venido a Irak a cubrir el conflicto. El periodista Mario Podestá y la joven productora de televisión Verónica Cabrera, 29 años, fallecieron a raíz de un accidente de auto ocurrido en la ruta entre Ammán, la capital de Jordania, y Bagdad. Mario Podestá murió en el momento del accidente mientras que Verónica Cabrera dejó de existir ayer en el hospital de Ramadir, una localidad situada a unos 120 kilómetros de Bagdad. La joven productora fue ingresada allí de urgencia pero ayer, cuando los periodistas de Clarín, Gustavo Sierra, y de La Nación, Elizabeth Piqué, fueron a ver cómo estaba los médicos del hospital les dijeron que debían dirigirse a la sección forense. Ambos enviados especiales tropezaron con enormes trabas para conseguir que el ejército norteamericano o la Media Luna Roja se dignaran a acompañarlos a una zona altamente riesgosa. Al cabo de muchas idas y vueltas, los marines y la Media Luna Roja se negaron a ofrecerles un medio para que se trasladaran al hospital. Finalmente, gracias a la intervención de la ONG italiana Emergencia, Sierra y Piqué pudieron llegar al lugar donde constataron la muerte de la joven argentina.
El problema que se presenta ahora es la forma en que los dos cuerpos serán enviados a la Argentina. Sin una decidida intervención de la Cancillería argentina ante las autoridades norteamericanas resulta difícil pensar cómo podrán ser trasladados los cuerpos, sea hacia Kuwait, Siria o, en su defecto, Jordania. Clarín, La Nación y Página/12 realizaron en Bagdad numerosas gestiones ante las autoridades competentes sin que se obtuviera una respuesta satisfactoria. Las condiciones de sanidad que imperan en la capital iraquí exigen una acción urgente a fin de que los restos sean llevados de aquí lo más rápidamente posible. Tanto los norteamericanos como la Media Luna Roja presentaron más obstáculos que soluciones y se hizo claro que ni a uno ni al otro le interesaba formalmente asumir las responsabilidades que les competen. No es lo mismo ser un enviado especial argentino que norteamericano o británico y esa diferencia se hace sentir cuando se requieren intervenciones de este tipo. Ayer, la falta de voluntad, de interés así como la burocracia inútil se hicieron patentes. A los norteamericanos no les interesa y la Media Luna Roja no hace muchos esfuerzos para resolver un caso que, en resumidas cuentas, le compete. Que una ONG internacional de ese peso se haya negado a acompañar a los periodistas argentinos hasta un hospital revela lo absurdo de la situación.
Mientras, Natalia Cabrera, una de las dos hermanas de Verónica, dijo ayer a Radio Mitre que “ahora hay que pelear para que traigan el cuerpo cuanto antes por medio de las embajadas para poder velarla acá. Porque su lugar es éste, a pesar de que ella quiso morir allá”, declaró. El esposo de la camarógrafa, Omar Fernández, declaró que ayer había ido a las oficinas en Buenos Aires de Cancillería para gestionar el traslado de Cabrera, con la que vivía en Brasil. “Verónica murió a los 20 minutos de haber llegado al hospital”, dijo ayer su esposo en declaraciones ante el Canal 9 de Bahía Blanca. Dijo que sabía que su esposa estaba grave porque en el convoy en que viajaba había profesionales de Médicos Sin Fronteras. “Cuando choca el vehículo, el periodista portugués que sobrevivió, llega a Bagdad. Y si esos médicos decidieron mandarla al hospital, entonces la situación era grave, pensamos”, declaró. Contó que cuando Verónica quería algo, “era un tractor: pasaba por arriba de cualquier cosa”. Su esposo la vio irse a Kosovo con 600 dólares en el bolsillo y permanecer aislada 45 días en Kabul durante la guerra de Afganistán. “Era una persona muy honesta con lo que sentía. Nunca vendió sus ideales. Nunca dejó que cambiaran una letra de sus notas. Quería mostrarle al mundo la verdad de la guerra”, indicó. Fernández contó que Verónica siempre decía que su hija de dos años iba a sentir orgullo por su trabajo. “Yo siempre traté de no cortarle esa pasión. Obviamente, los precios a pagar fueron carísimos: perder un afecto, perder todo”, contó. Natalia Cabrera también hizo declaraciones ante el canal bahiense. Contó que cada vez que Verónica se iba a cubrir una guerra, su familia prendía velas “a todos los santos y le rogábamos que se mantuviera comunicada con nosotros. Porque hasta que ella no volvía al lado nuestro, no íbamos a estar tranquilos”. Recordó que Verónica “peleó mucho para ir y para poder entrar en Irak” y que relatar el horror de las guerras “era su pasión”. También afirmó que “creo que siempre me voy a sentir orgullosa de mi hermana y espero que en algún momento pueda encontrar consuelo en eso”, dijo Natalia.

domingo, 13 de noviembre de 2022

CUANDO CAVALLO SE EQUIVOCA


Bs. As.: Conferencia de prensa del canciller Domingo Cavallo donde habla del inicio de las operaciones de ataque a Irak contra los objetivos precisados y las funciones que cumplen las naves argentinas en el Golfo Persico. Imagen del ministro Guido Di Tella junto a Domingo Cavallo.

 Luego los periodistas le formulan las siguientes preguntas: -¿Puede establecer que otras nacionalidades son las que se han evacuado, que otros países latinoamericanos, gente de otros países? -

¿Canciller, si nuestras naves están en operaciones a pesar de que están a kilómetros de distancia, en el departamento de Estado hay un comunicado y dijo que forman parte del grupo que ha empezado la operación "Tormenta del Desierto", concretamente es tarea de apoyo logístico, esta dentro de la guerra mismo el que alcanza la bomba como el que la tira? -

¿Por qué no se determino que esas fuerzas volviesen? Fecha: 29/12/1990 Duración: 5 minutos 55 segundos Código: UG-2559

HABERES MARZO 2025

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